GLAUBER ROCHA: EN LA TIERRA DEL SOL
GLAUBER ROCHA
Censurada inicialmente en Brasil por atacar la imagen del país, Glauber Rocha estrenó en el Festival de Cannes de 1967 una de sus obras cumbres: Terra em Tramse, una película abigarrada, extrema y rupturista que retrataba un país inventado (pero extrañamente parecido a Brasil) llamado “Eldorado”, que funcionaba también como arquetipo y metáfora de cualquier nación latinoamericana vista como una fuente de riquezas desde la óptica de la colonia. Aprovechando que se cumplen cincuenta años del estreno de esta película, Márgenes dedica, en estrecha colaboración con Filmoteca Española, Filmoteca de Catalunya, Embajada de Brasil, la Fundación Cultural Hispano Brasileña y la familia de Glauber Rocha, la retrospectiva más completa de la obra del cineasta emblema del Cinema Novo brasileño, incluyendo copias restauradas y materiales muy poco vistos, además de algún trabajo de Paula Gaitán, viuda de Rocha y también cineasta y artista. Muerto de forma prematura en 1981, cuando tenía solamente 42 años de edad, el trabajo de Glauber Rocha sigue erigiéndose como uno de los emblemas del cine latinoamericano de los años sesenta más internacionalista y provocador. Rocha, que empezó a hacer películas con apenas veinte años, rodó en América, en Europa y en África, en una muestra práctica del movimiento de la Tricontinental, que defendía la globalización de los pueblos como forma de rebelión conjunta contra el capitalismo. En su texto Estética del Sueño, escrito con motivo de una presentación de su trabajo en la Universidad de Columbia (NY) en 1971, Rocha afirma: “La nación de América Latina supera la noción de nacionalismo. Existe un problema común: la miseria. Existe un objetivo común: la liberación económica, política y cultural de hacer un cine latino. Un cine empeñado, didáctico, épico, revolucionario. Un cine sin fronteras, de lengua y problemas comunes (…) 1968 fue el año de las revoluciones de la juventud. El Mayo Francés ocurrió en el momento en que estudiantes e intelectuales brasileros manifestaban en Brasil su protesta contra el régimen militar de 1964.Entre la represión interna y la repercusión internacional aprendí la mejor lección: el artista debe mantener su libertad ante cualquier circunstancia. Solamente así estaremos libres de un tipo muy original de empobrecimiento: la oficialización que los países subdesarrollados acostumbran hacer de sus mejores artistas”.
Gonzalo de Pedro Amatria
Censurada inicialmente en Brasil por atacar la imagen del país, Glauber Rocha estrenó en el Festival de Cannes de 1967 una de sus obras cumbres: Terra em Tramse, una película abigarrada, extrema y rupturista que retrataba un país inventado (pero extrañamente parecido a Brasil) llamado “Eldorado”, que funcionaba también como arquetipo y metáfora de cualquier nación latinoamericana vista como una fuente de riquezas desde la óptica de la colonia. Aprovechando que se cumplen cincuenta años del estreno de esta película, Márgenes dedica, en estrecha colaboración con Filmoteca Española, Filmoteca de Catalunya, Embajada de Brasil, la Fundación Cultural Hispano Brasileña y la familia de Glauber Rocha, la retrospectiva más completa de la obra del cineasta emblema del Cinema Novo brasileño, incluyendo copias restauradas y materiales muy poco vistos, además de algún trabajo de Paula Gaitán, viuda de Rocha y también cineasta y artista. Muerto de forma prematura en 1981, cuando tenía solamente 42 años de edad, el trabajo de Glauber Rocha sigue erigiéndose como uno de los emblemas del cine latinoamericano de los años sesenta más internacionalista y provocador. Rocha, que empezó a hacer películas con apenas veinte años, rodó en América, en Europa y en África, en una muestra práctica del movimiento de la Tricontinental, que defendía la globalización de los pueblos como forma de rebelión conjunta contra el capitalismo. En su texto Estética del Sueño, escrito con motivo de una presentación de su trabajo en la Universidad de Columbia (NY) en 1971, Rocha afirma: “La nación de América Latina supera la noción de nacionalismo. Existe un problema común: la miseria. Existe un objetivo común: la liberación económica, política y cultural de hacer un cine latino. Un cine empeñado, didáctico, épico, revolucionario. Un cine sin fronteras, de lengua y problemas comunes (…) 1968 fue el año de las revoluciones de la juventud. El Mayo Francés ocurrió en el momento en que estudiantes e intelectuales brasileros manifestaban en Brasil su protesta contra el régimen militar de 1964.Entre la represión interna y la repercusión internacional aprendí la mejor lección: el artista debe mantener su libertad ante cualquier circunstancia. Solamente así estaremos libres de un tipo muy original de empobrecimiento: la oficialización que los países subdesarrollados acostumbran hacer de sus mejores artistas”.
Gonzalo de Pedro Amatria